Sin hacer un señalamiento o un juicio hacia la mujer que consume alguna sustancia que ponga en peligro su salud, es importante que esté sensibilizada acerca de que durante el proceso de gestación tiene bajo su custodia la salud de su hijo, por lo que se debe evitar el uso de drogas en el embarazo.
En entrevista para Salud180.com, la investigadora Thalía Harmony nos explica los factores de riesgo para el impedimento físico del bebé:
No se trata de calificar si algunas de estas sustancias son más dañinas que otras, la doctora Laura León, especialista del Centro de Integración Juvenil, explica que: “por medio de la ingesta de drogas en el embarazo, el pequeño que viene en camino empieza a sentir los efectos del estupefaciente que se consume, debido a que es una conexión totalmente directa, por lo tanto el bebé corre el riesgo de generar dependencia”.
Los daños para el bebé
De acuerdo a la especialista, el hecho de que nazca aparentemente sano, no indica que lo esté, ya que cada una de las sustancias tóxicas a las que puede estar expuesta una mujer, causa distintos daños desde el momento de la concepción y continúan a lo largo del desarrollo, lo cual lo deja ante una expectativa de vida completamente desoladora. A continuación se exponen las drogas más comunes y sus consecuencias en su hijo:
Marihuana: Provoca que llegue menos oxígeno y nutrientes al feto, por lo que es común que nazca con un alto riesgo de desarrollar desórdenes de atención y problemas de aprendizaje que no pueden ser detectados hasta la edad escolar.
Cocaína: Interfiere con el flujo de oxígeno y nutrientes que recibe el feto. Al nacer suelen tener un peso y tamaño mucho menor que el que tendría un bebé cuya madre no consumió drogas en el embarazo. Además, tienden a tener la cabeza más pequeña, lo que puede indicar que el cerebro también lo es.
Heroína: Los pequeños desarrollan la adicción desde que están en el vientre, por lo que durante los primeros días o semanas de nacimiento presentan síndrome de abstinencia, que causa irritabilidad, disminución de los estados de alerta, temblores, movimientos anormales, hipertonía (tensión exagerada del tono muscular) y alteraciones del sueño. Durante el primer año de vida son frecuentes los trastornos de coordinación motora y altos niveles de actividad, además de poco auto-control.
Alcohol: Se registra desde un ligero a grave retraso mental, distracción, falta de concentración, retraso al hablar, problemas para oír o ver, problemas al relacionarse con otras personas y en controlar su comportamiento.
Tabaco: Disminuye los movimientos respiratorios fetales, altera la frecuencia cardiaca y representa un mayor riesgo de parto prematuro y de abortos espontáneos, así como de retardo del crecimiento fetal.
La especialista explica que si alguna de estas sustancias se combina, existe el riesgo de que los efectos de cada una de ellas se unan, lo que detona un daño mayor e irreversible en el pequeño.
Aún cuando la madre juega un papel preponderante en la forma en que el bebé recibe el impacto del consumo de drogas en el embarazo, el padre también influye en ello, ya que por alteraciones en los cromosomas se afecta su desarrollo cerebral y craneal, y pueden presentarse malformaciones físicas.
Por el bien de ambos
Hacer frente a una adicción requiere de varios factores como la decisión para superarla, el apoyo de los seres queridos y de manera fundamental, recibir atención especializada. En este sentido la doctora Laura León, afirma que cuando una mujer con este problema, está embarazada necesita acudir a un centro de rehabilitación independientemente de la atención ginecológica.
La especialista indica que la paciente requiere una atención integral para la adicción, es decir, necesita un tratamiento encaminado a reducir el consumo de droga en el embarazo, ya que no es posible terminar de un día a otro con el problema.
La responsabilidad que implica un embarazo inicia desde procurar el bienestar de la madre para que como consecuencia, el bebé pueda aspirar a un desarrollo pleno y saludable, apartado del riesgo de vivir anclado desde su primer contacto, con la vida a las adicciones. “El principio de ser pacientes es empezar con uno mismo”.
fuente: www.salud180.com
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